En su colaboración para Espejo
Negocios, Cristina Ibarra analiza la crisis que vive el agro en Sinaloa, su cada vez más limitada contribución al valor agregado, la urgente necesidad de fomentar cultivos y estrategias que permitan un mayor cuidado del agua.
Por: Cristina Isabel Ibarra
Culiacán, Sinaloa.- En la economía una de las preocupaciones más antiguas se relaciona con el comercio internacional, con quién y qué nos conviene comerciar, y también la relación entre lo rural y lo urbano. Ambos debates continúan siendo centrales hoy en día pues, por un lado, el comercio internacional nos permite exportar excedentes obteniendo ingresos del resto del mundo, al tiempo que podemos importar bienes y servicios que no se producen localmente, o bien, cuya producción sería muy costosa.
Por otro lado, la relación entre lo rural y urbano es una relación dialéctica, es decir, dinámica, y aunque las ciudades concentran a la mayor cantidad de población mundial, lo rural nos permite abastecernos de alimentos. En el caso de Sinaloa, la agricultura comercial no solamente permite exportar excedentes con significativos ingresos para los productores, sino que también el campo es uno de los más ricos en el país, pues pese a las limitaciones que aún persisten, el campo sinaloense se considera privilegiado por su infraestructura de riego y altos rendimientos, en comparación con sembradíos de temporal.
https://revistaespejo.com/2023/10/28/hay-sinaloa-despues-del-campo/…
NOTA COMPLETA: ¿Hay Sinaloa después del campo? | Revista Espejo