En esta colaboración de Lilia Rodríguez para ESPEJO NEGOCIOS, la economista habla del mercado de la moda rápida, una industria que al año genera miles de millones en ganancias, pero contribuye enormemente a la contaminación del planeta.
Por Lilia Rodríguez, presidenta del Colegio de Profesionales de la Economía en Durango | Colaboración del Colegio de Economistas del Estado de Sinaloa.
El modelo de economía lineal en el que vivimos en la actualidad, se resume en extraer materias primas con las cuales se produce, para después consumir y finalmente, simplemente desechar. Para darnos una idea del porqué de esta afirmación, en la actualidad, nosotros extraemos una cantidad enorme de recursos del planeta, fabricamos cosas y luego las tiramos constantemente, una y otra vez; la magnitud de estas acciones se ven reflejadas en que el 90% de todo lo que se crea en la economía en un año, se tira.
“Pareciera que pensamos que nuestra economía es una máquina de generar valor cuando en realidad es una máquina de destruir valor. Si nosotros continuamos haciendo esto con los recursos finitos que hay en el planeta, tarde que temprano los agotaremos y al seguir generando residuos a estas escalas pronto nos ahogaremos en ellos.”
El concepto de fast fashion, o moda rápida, se refiere a los grandes volúmenes de ropa que se producen por la industria de la moda, en función de las tendencias y una necesidad inventada de innovación. Tan solo de 2000 a 2015, según A New Textiles Economy, un reporte de la Fundación Ellen MacArthur, la producción de ropa se duplicó, pasando de 50 mil millones de prendas fabricadas en el 2000, a más de 100 mil millones de prendas fabricadas quince años después. Tal incremento, se atribuye al crecimiento de la población de clase media en todo el mundo y el aumento de las ventas per cápita en los países desarrollados. Dadas estas condiciones, se estima que para 2050, el Producto Interno Bruto global aumentará un 400 por ciento, lo que significará una mayor demanda de ropa.
nota completa: La alternativa a la fast fashion, oportunidades de negocios | Revista Espejo